(Esta
entrada corresponde a un primer escrito sobre las protestas de Turquía
escrito el 3 de junio. Tal cual lo difundí en su momento lo incluyo
aquí)
Os
escribo para hacer una pequeña aportación a las informaciones que podáis estar
recibiendo sobre lo que está pasando en Turquía. Son mis impresiones tras una
semana desde el inicio de la acampada y tras tres días ya de disturbios
violentos por todo el país. No solo está pasando en Estambul, sino que en
Ankara el centro aún está intransitable y juzgando la reacción de la gente en
muchos barrios de la ciudad parece que va a continuar así durante cierto
tiempo. Os pido que lo compartáis, que lo publiquéis donde queráis, que lo
hagáis saber. No se trata de imágenes, sino de un análisis de cómo se ha
llegado a este punto.
Una
cosa es cómo empezó y la otra es dónde se está ahora mismo. El origen está en
la construcción de un centro comercial en el Parque Gezi al lado de Taksim,
donde empieza la famosa avenida peatonal Istiklal, que iba a ser simplemente uno
más de los muchos centros comerciales construidos estos últimos años que han
infestado las grandes ciudades y han puesto en peligro lo que podríamos llamar
la ‘vida social’ que se desarrolla en pequeños locales, bares y calles. Pero la
reacción en cadena de la gente se debió más a la violencia usada por la policía
para desalojar a los cincuenta acampados que protestaban en silencio. El
miércoles por la noche un primer desalojo sin éxito ya que los acampados
regresaron al día siguiente. El jueves Erdoğan habló y sus comentarios fueron percibidos
como una provocación más: “Nosotros ya hemos tomado la decisión y hagan lo que
hagan la construcción se va a llevar a cabo”. El jueves por la noche el
desalojo fue especialmente violento, los manifestantes se refugiaron la mayoría
en el Hotel Divan, colindante al parque y la reacción de los istanbulitas al
día siguiente podríamos decir que fue espontánea. A medida que avanzaba el
viernes más y más gente se concentraba alrededor de Taksim. Las primeras
imágenes de batallas campales y de cargas policiales que seguramente visteis
por la televisión son del viernes por la noche.
Se
puede decir que quien no usara las redes sociales el viernes, no llegó a
enterarse de nada de lo que ocurría pues en ningún canal de televisión apareció
noticia alguna esa noche (a excepción de dos canales con poca audiencia en los
que se ofreció alguna imagen y alguna crítica encubierta). Aún así, la magnitud
del conflicto y la afluencia masiva de gente hacia Taksim obligó a los medios a
hablar sobre ello y forzó al mismo Primer Ministro a hacer declaraciones. En
este punto creo que es donde realmente estalló el conflicto ya que las
declaraciones de Erdoğan
echaron más leña al fuego y los manifestantes se empezaron a descontrolar. El
Primer Ministro desmintió que se fuera a construir un centro comercial, afirmó
que estaba aún por decidir, que quizás sería una mezquita o una ópera, que su
partido había plantado árboles por todas partes y dirigió sus críticas al
partido de la oposición como si de una manipulación se tratase. En muchos
medios de comunicación empezó a hablarse de grupos radicales, ilegales, de izquierda,
de provocadores y se ofrecían imágenes de chicos tirando piedras a la policía,
mientras los videos y fotografías que se estaban difundiendo en las redes
sociales mostraban la otra cara, la violencia de la policía. De hecho, del
viernes y del sábado han quedado imágenes sorprendentes como la del tanque de
la policía que para derribar una barricada se lleva por delante a un
manifestante o la de una chica sola que agreden sin pudor con chorros de agua y
bombas de gas.
La
estrategia seguida por el gobierno y los medios para descalificar ante los ojos
de gran parte de la población a la gente que acudía a la manifestación fue un
punto más para que la violencia callejera se apoderara de las calles, para que
se perdiera un poco el rumbo y se olvidara lo que había pasado al principio.
Ahora mismo lo veo como un tira y afloja donde nadie cede, donde el Primer
Ministro redirige los debates a donde le interesa creando más y más crispación entre
los muchos jóvenes que están en las calles. Sobre la violencia de la policía,
las únicas declaraciones oficiales han sido que se investigará si ha habido o
no un exceso. Por ejemplo, ayer, en una entrevista al Primer Ministro en
Habertürk, el tema se centró en la prohibición del alcohol, como si la gente
estuviera rompiendo cajeros, autobuses y aceras solo para poder beber cerveza.
Ese es el punto triste de la historia pues gran parte de la población creo que
no se enteró de nada el viernes por la noche y cuando empezaron a aparecer
noticias en los medios y se emitieron las primeras declaraciones de Erdoğan se potenció la idea de que era
un grupo de marginales que lo único que hacía era romper cosas ante la mirada
inocente de la policía. Hay muchos, muchos heridos. Yo creo que hay muertos
pero naturalmente no tenemos datos en los que basarnos. Hay miles de detenidos.
Ha habido protestas en Estambul, Ankara, Esmirna, Eskisehir, Antalya y muchas
otras ciudades. Desde hace dos días la población sale a las calles, cacerola y
cuchara en mano, y los coches tocan el claxon. El sábado por la noche las
protestas de vecinos duraron tranquilamente 3 horas, ayer quizás más ya que se
cortaron calles y la gente dejó sus portales para concentrarse en cruces de
calles o parques.
La
situación es confusa porque se ha derivado a un punto en el que lo que la
mayoría de la gente quiere es que Erdogan dimita, algo que naturalmente no va a
hacer, pero nadie se pregunta cómo y qué pasará luego. Pero realmente ¿por qué
ha ocurrido todo esto?, ¿Cómo es ha llegado a este punto?. El 11 de mayo hubo un
atentado en Reyhanli, localidad fronteriza con Siria, y murieron más de 50
personas. Sin embargo, a pesar de ser el atentado más sangriento y mortífero de
la historia de la República de Turquía, éste apenas se ha debatido y aún hoy en día mucha
gente no sabe qué ha ocurrido realmente incluso no sabe que ha habido un
atentado de esta magnitud. El gobierno prohibió hablar de Reyhanli a los medios
y el Primer Ministro (ni él ni nadie del gobierno) no acudió a la zona para ver
a los heridos y a los damnificados. Se empezó a detener gente en la zona donde
viven muchos turcos-árabes alevíes (que protestan ante el radicalismo religioso
de los grupos rebeldes que luchan contra Assad que reciben ayuda logística y
militar de Turquía y de países europeos). Días después Erdoğan visitaba a Obama. Mientras en las
televisiones turcas nos mostraban las flores y el ‘especial’ recibimiento que
se encontró el ‘brillante’ Primer Ministro, apenas se informó al pueblo turco de
qué se acordó en dicha cita pero mucho nos tememos de que una intervención
armada en Siria o un apoyo mucho más formal a los yihadistas que luchan contra
Assad y contra, es importante también especificarlo, los alevíes, fue acordado
en secreto.
¿La
gente protestó en Taksim por eso? Creo que aunque sí fue el principal motivo de
algunos de los manifestantes hay muchas otros temas que también llevaron a la
gente a las calles. Erdoğan
tiene un poder absoluto desde hace ya unos años, se ha convertido en un líder
autoritario desde que eliminó a la oposición (no solo política, sino también la
de sectores del ejército, de los medios, jueces, etc.) Criticar a Erdoğan significa una pena económica,
una pena de cárcel, un juicio, perder el trabajo, etc. Y con este tono
autoritario este 2013 parece que ha empezado a tomar una serie de decisiones de
forma acelerada que atentan contra la libertad de expresión, que excluyen de la
vida social a gran parte de la gente que no es practicante y que atenta contra
el estilo de vida de muchos turcos. Creo que es este cúmulo de decisiones
tomadas en primera persona por el Primer Ministro (al menos así transmitidas en
los medios por él mismo) y llevadas a cabo en muy poco tiempo lo que fue
acumulándose en algún sitio y que explotó cuando la policía empezó a agredir a
los acampados en Gezi, que en el fondo no eran más que cuatro pacifistas y
ecologistas.
Ahora,
todo es muy distinto. La verdad es que la protesta era totalmente apolítica en
su origen. Y los jóvenes que resisten en Kizilay (Ankara) son en su mayoría
universitarios o ex-universitarios que protestan por el autoritarismo de Erdoğan. Y les doy toda toda la razón.
El problema está en que mucha gente que ha salido a las calles en Estambul,
Ankara y otras ciudades también reivindican otras cosas. Hay sectores que le
cantan a Atatürk y les encantaría un golpe de estado. De hecho, tras las
modificaciones en el consumo y la venta de alcohol, Erdoğan dijo que si dos borrachos habían podido
cambiar la constitución, nadie podría discutirle nada a él. Se refería a
Atatürk y a İsmet İnönü. Eso
encendió a muchos kemalistas que también salieron a la calle aprovechando la
situación.
Otro
punto es el tercer puente que empezó a construirse en el Bósforo. A pesar de
que Erdoğan se opusiera enérgicamente
a su construcción durante su mandato en los noventa como alcalde por el
posteriormente ilegalizado partido islamista RP, ahora promociona en todo
momento lo que será el puente más ancho del mundo. De forma absurda en los
medios se discutió el nombre del puente, “Sultán Selim”, porque muchos alevíes
manifestaron su desacuerdo al ser ese sultán, en su lucha contra el nuevo
imperio chií safávida de Irán, el que había asesinado a gran número de
seguidores del nuevo imperio iraní, de entre los cuales surgiría la rama de los
alevíes turcos actuales. A mi parecer, el nombre del puente se debe más a otros
aspectos como que el Sultán Selim fue el único que conquistó tierras hacia el
este (olvidándose de la Europa cristiana) y que, tras su conquista de Egipto en
1517, se convirtió en el primer califa otomano. Pero la ceremonia de
inauguración de las obras fue más polémica, aunque para variar eso tampoco se
discutió en los medios. Fue una ceremonia religiosa en toda regla en la que el
Muftí de Estambul dio por comienzo las obras.
La
gente que el sábado acudió a la calle era muy variopinta. Junto los que
protestaban por el autoritarismo de Erdoğan, a los que apoyo de todo corazón, estaban los que simplemente
querían la dimisión de Erdoğan,
los que pedían la vuelta del kemalismo, los que se quejaban contra las nuevas
leyes sobre el alcohol y los que, simplemente, se apuntaban a un bombardeo y salían
a romper cosas. En los medios aparecían imágenes de cristales rotos y tiendas
dañadas como obra de los radicales. Aunque en muchos casos pudiera ser así, los
cartuchos de gas (como demuestran fotos que he publicado en facebook) y la
misma policía en su empeño de sacar a gente refugiada en lugares y tiendas
también ha provocado destrozos considerables.
En
Ankara, por ejemplo, la gente se juntó el viernes por la tarde en Kuğulu Park. Estuve allí y fue
increíble porque vi a gente de todo tipo. Había banderas del partido comunista
(TKP), del CHP, de Che Guevara y también familias con niños, gente sin
afiliación ideológica o política ... Más tarde por la noche, cuando ya solo
quedaban jóvenes, la policía empezó a cargar. La gente empezó a huir
despavorida y se fue refugiando en locales. En el hotel Rixos entraron más de
200 personas con el permiso de las autoridades del hotel. Acto seguido,
cerraron las puertas y el hotel esperó a que llegara la policía para entregar a
todos los manifestantes. Del Rixos salieron más de 200 detenidos. Locales
famosos en Ankara como el Leman cerró las puertas a la gente.
El
sábado por la tarde-noche en Taksim la policía se retiró y la gente entró en
masa. Lo que parecía ser una victoria creo que era más el intento de dar una
imagen al mundo exterior de pacificación y de que el gobierno cedía ante su
pueblo. Sin embargo, a unos 7 km de Taksim, en el barrio de Beşiktaş, la policía seguía cargando contra la gente
y en ciudades como Ankara, sin apenas imágenes ofrecidas en los medios
internacionales, había una carnicería.
¿Qué
pasará a partir de ahora? La verdad, empieza a ser un poco preocupante porque
nadie cede. Durante meses los universitarios se han ido manifestando en Ankara
contra el gobierno pero la policía cerraba las salidas de los campus y gaseaba
a cualquiera que intentase salir (yo mismo he tragado ese gas). Estas protestas
eran controlables: los jóvenes encerrados en los campus, se hablaba mal de
ellos en los medios y la sociedad los veía como un problema sin llegar a
entender o a enterarse incluso de qué protestaban. Pero Taksim no ha sido así
ya que los medios internacionales han captado esas imágenes y muchos turistas
pudieron ver con sus propios ojos la brutalidad con la que la policía
desalojaba a unas pocas personas. Luego se encendió la mecha.
El
gobierno, de momento, tiene el control. De hecho Turquía se ha convertido en un
estado policial desde hace ya unos años. Los aires democráticos del AKP, que
ilusionaron en su primer mandato (2002-2007) a mucha gente que pensó que por
fin Turquía podía dejar en el pasado el intransigente kemalismo y olvidarse de
los golpes de estado, han pasado ya a la historia. El poder corrompe, será eso.
Aquí no hay un problema de islamismo o de conflicto de creencias, sino que hay un
problema de autoritarismo. Cuando observo cómo habla Erdoğan, gran orador y estratega, veo reflejado
más bien a una versión musulmana de Putin, de Berlusconi o de, incluso, nuestro
querido Aznar. La diferencia es que tiene un poder absoluto. Y un gran equipo
que le respalda. Muestra de ello son las declaraciones de varios diputados y
miembros del AKP estos últimos días por un medio que el Primer Ministro
calificó ayer de plaga: el twitter. Por ejemplo, Mahmut Macit dijo que los
ateos debían ser exterminados y colgados y Şamil Tayyar dijo que están protestando todos borrachos. El alcalde
de Ankara, Melih Gökçek, descalificó con burla a los protestantes. La
provocación, entonces, no es solo de los manifestantes. Erdoğan se reafirmó
diciendo: “si vosotros juntáis a 100000 yo, así, sin más, junto a 1 millón, en
eso no tengo ningún problema”.
Yo
deseo que esto no se convierta en una lucha entre laicos y religiosos como
desea el gobierno ya que no se trata en absoluto de eso. También deseo que no
se venza la imagen de cuatro radicales-provocadores de izquierda que se intenta
transmitir en los medios. El Primer Ministro ha eludido hablar de los
verdaderos problemas, ha atacado a la oposición y en ningún momento ha mandado
a la policía que baje los brazos. Parece que las protestas tienen que ser
exterminadas por la fuerza hasta que los manifestantes se cansen (o se mueran).
También desearía que no se comparara Taksim con Tahrir. Turquía es un estado
democrático que está olvidándose de su democracia. Se ha iniciado, podríamos
decir que de nuevo si miramos al pasado, un camino autoritario y Erdoğan se está convirtiendo en un
déspota. Pero la mitad de la población electora lo votó en 2011. Entonces esto
tendría que ser un aviso al Primer Ministro para que se conciencie de que
gobierna sobre toda la población y que no puede hacer lo que le apetezca sin
escuchar lo que la gente pide. En definitiva, que no es el dueño de Turquía
pues me temo que es lo que él piensa tal como da a entender continuamente en
sus comentarios en primera persona.
3 de junio, Ankara
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