domingo, 23 de junio de 2013

12.- Aires de caudillo

La noche del sábado 22 de junio está siendo movida en Turquía, de nuevo. Las detenciones de personas, las presiones a distintos grupos y los comentarios racistas que intentan vincular las protestas y demás actos con minorías como la armenia empiezan a ser preocupantes. Mientras, Erdoğan se da un baño de multitudes (hoy en Samsun, mañana en Erzurum) y prosigue con una dialéctica que lo único que está consiguiendo es enfrentar y tensar más una situación que de por sí ya es delicada. Ninguna palabra de comprensión, al contrario, ataques de nuevo contra gran parte de la población, la que según piensa él es la gente que no le ha votado.


He titulado la entrada ‘aires de caudillo’ pues es la única sensación que dejan tanto la gestión de la crisis como las palabras usadas por el Primer Ministro. ¿Qué dice el Primer Ministro sobre la violencia policial?:
-        Usar gas lacrimógeno es un derecho básico de la policía. Tú quédate quieto y así no te lanzarán gas.

Sigue empeñado (su estrategia tendrá) en mezclar la religión:
-        Que escriban millones de tweets, nosotros con nuestro bismillah nos basta para que les salga mal.

-       Que entren a las mezquitas con zapatos, que beban alcohol en ellas, que agredan a nuestras chicas con velo, una plegaria de nuestro pueblo rendirá cuentas.



Hay artículos que hablan de la psicología del poder para interpretar porque Erdoğan se comporta así en este momento. No estamos en época de elecciones, los partidos de la oposición no se han alzado en contra del Primer Ministro, todo el aparato del estado está bajo control, ¿por qué entonces reaccionar así? ¿Lo ve como una amenaza? Me atrevería a hacer un análisis simple: sabe que el apoyo electoral del que dispone es suficiente para ganar las próximas elecciones, para las que aún queda mucho tiempo, y sabe que los protestantes no van a conseguir derrocarlo pero el poder absoluto que ha ido acaparando a lo largo de estos años lo ha llevado a una posición de intocable a partir de la cual no admite ninguna réplica, crítica o, incluso, comentario. De hecho, esta situación no es nueva pero ante las protestas de ciudadanos de a pie ha quedado reflejada de forma ya más evidente. Todo aquel que se oponga es un enemigo y como enemigo será retratado. Lástima que no estemos hablando de un periodista o de un político, que sería también triste, sino de la gente, del pueblo, de una parte importante de la sociedad.

Hoy la gente se ha concentrado en Taksim, la policía ha empezado a lanzar agua a presión para dispersar a la gente y luego ha empezado a perseguir a los concentrados que no estaban haciendo nada más que lanzar consignas (yo estaba viendo las imágenes en directo por el Canal +1).  En todas las pequeñas calles laterales y transversales que se cruzan alrededor de İstiklal se han repetido, después de unos días, cargas con gas lacrimógeno.


L
La policía sigue ocupando el Parque Gezi. Y en Kızılay, Ankara, ya llevamos toda una semana con tanques anti-disturbios y cientos de policías por el centro. Ya forman parte del decorado, tipo semáforo, tipo taxi, tipo TOMA que toma.

Hoy 23 de junio el Ministerio de Interior ha aportado datos de las protestas, datos oficiales: actos en 79 de las 81 provincias de Turquía, 2,5 millones de asistentes a los actos, 4900 detenidos, casi 4000 heridos.


22-23 de junio


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