miércoles, 12 de marzo de 2014

Berkin no se despertó. Despierta ahora tú Turquía


La muerte, ayer, del joven Berkin Elvan, nueva víctima de las protestas por el Parque Gezi en Turquía, ha encendido de nuevo el polvorín y las calles de las principales ciudades del país se han vuelto a llenar como hacía meses que no sucedía.

No han sido los casos de corrupción destapados hace cerca de tres meses, ni tampoco la nueva ley de Internet que equipara a Turquía con países como China y Corea del Norte; ni tampoco el hecho de que los numerosos detenidos por los casos de corrupción (empresarios, políticos y parientes) fueran todos recién liberados sin cargos. Desde el mes de septiembre del año pasado muchas protestas han tomado la calle pero ninguna había sido tan masiva como las del mes de junio. El espíritu de Gezi, de la misma manera que comenzó, ha vuelto a nacer ahora renovado y de forma espontánea después de la muerte de Berk Elvan. Berkin, un joven de 14 años de Estambul salió a comprar pan la tarde del 1 de junio en la zona de Okmeydani justo cuando las primeras protestas habían estallado. Una cápsula de gas disparada por la policía lo hirió en la cabeza y entró en coma. Después de 269 días de una lucha constante para mantenerse en vida y de pasar de pesar 45 kg a 16, ayer martes 11 de marzo el joven, que ya se ha convertido en un nuevo símbolo, murió. Hacía ya días que pequeños grupos se concentraban diariamente ante el hospital donde se encontraba Berkin tras noticias sobre el empeoramiento de su estado de salud. Pero su muerte, y también la indiferencia del gobierno y de las instituciones sobre el caso - ya que no se ha acercado nadie a la familia y ha habido cargas policiales delante incluso del hospital -, ha indignado a gran parte del pueblo turco y rápidamente se han convocado protestas en todas las ciudades del país. El lema de las protestas reflejaba muy bien lo que se sentía: "Berkin no se ha despertado. ¡Despierta tú Turquía! " (Berkin uyanmadı. Uyan Türkiye)

Los actos de protesta fueron convocados simultáneamente a las seis y media en las principales plazas y pronto intervenidos por cargas policiales. En Kızılay, el centro de Ankara, la gente había empezado a concentrarse de forma pacífica desde las cinco. A las seis, media hora antes de la hora anunciada, la policía empezó a disparar gran número de cápsulas de gas obligando a la multitud a dispersarse por las zonas limítrofes de Sakarya y Meşrutiyet. El gas provocó el pánico no sólo entre los manifestantes sino también entre mucha gente que simplemente circulaba por la zona (entre ellos muchos niños) y que se quedaron atrapados por nubes de gas. Con la policía cerrando las salidas y patrullando en grupos de 20-30 agente por la zona mucha gente entró en locales y tiendas para refugiarse. Dos horas después todo el centro permanecía colapsado con grupos dispersados ​​huyendo de la policía mientras en la zona de Çebeci (uno de los Campus de la Universidad de Ankara) un grupo de jóvenes quiso marchar hacia el centro y fue detenido por la policía. Numerosos heridos en Ankara, así, en una intervención policial muy dura e iniciada sin motivos reales. Según el diario T24, dos heridos por cápsulas de gas no fueron aceptados en dos de los hospitales de la ciudad, Numune y Atatürk Hastanesi, y al final fueron ingresados en el hospital infantil Hacettepe.

En otras ciudades como Antalya, Eskişehir y Mersin la policía fue también especialmente violenta. En Mersin una camión de agua de la policía arrolló a dos chicas y una de ellas se encuentra en estado grave. En Estambul, el ayuntamiento tomó medidas antes del acto y cerró Taksim y el Parque Gezi. La gente se concentró a lo largo de la Avenida Istiklal y, también, en Kadiköy, en la parte asiática. Aunque la policía intervino más tarde que en el resto de actos, la gente fue igualmente dispersada con gases y se mantuvieron durante varias horas luchas entre protestantes y la policía en Kadiköy.

El barrio de Okmeydani en Istanbul ayer en señal de liot

Dibujo de Berkin Elvan (Onur Gursoy)


Las redes sociales, un instrumento "peligroso"
Las redes sociales han sido claves para promover la protesta y difundir imágenes y noticias. Coincide con las recientes declaraciones del Primer Ministro Recep Tayyip Erdo
ğan en un programa de televisión de la cadena ATV. Erdoğan se refirió a las redes sociales como un instrumento peligroso empleado por grupos que actúan fuera de la ley y pretenden acabar con la democracia turca en referencia a la publicación de grabaciones de sonido que implican a muchos políticos, incluido el Primer Ministro incluido, en los casos de corrupción. Erdoğan afirmó que después de las elecciones locales del 30 de marzo se hará todo lo necesario para controlar las redes sociales y, si se requiriera, éstas serían cerradas.

La nueva ley de internet, ya en vigor, puede dificultar aún más la libre circulación de información en Turquía y aislar a amplios sectores de la población que se oponen a las políticas del gobierno. Este, parece contar con la victoria en las elecciones locales pues un porcentaje bastante grande no usa internet y confía en la inocencia de los políticos del Partido del Desarrollo y la Justicia (AKP). La idea de que la culpa de la muerte de Berkin recae en los protestantes y no en la policía o las instituciones bastante amplia entre el electorado del AKP.

Indignación por el suicidio de una madre y un hijo

Otro caso reciente, sin ningún vínculo con las protestas en Gezi pero sí con la violencia policial, es el de la muerte por suicidio de Hatice Can el pasado de 2 de marzo. Hatice Can era la madre de Onur Yaser Can, un joven arquitecto de 28 años de Ankara que residía en Estambul y que también se había suicidado hacía poco menos de 3 años. Onur había sido detenido por posesión de drogas (cannabis), llevado a la comisaría de policía y torturado durante horas. Tras ser puesto en libertad se le volvió a llamar y se le obligó a ser informante de la policía. Onur no pudo aguantar cuando la policía lo llamó por tercera vez y antes de volver a pasar por el mismo calvario se suicidó arrojándose desnudo desde su piso. Después de todo este tiempo clamando justicia por su hijo, la madre también ha acabado poniendo fin a su vida.

Por un lado, la libertad de expresión está en peligro en Turquía. Cada vez es más difícil dirigir una crítica al gobierno y éste se auto- protege con nuevas leyes, designando cargos a dedo y amparándose en la policía. Por otro lado, el estado policial en el que se ha convertido Turquía no tiene ninguna objeción en hacer uso de la violencia, sea en la forma que sea. La dura respuesta de la policía a las protestas por la muerte de Berk Elvan muestran cómo, a pocos días de las elecciones, el gobierno apuesta por mantener la línea adoptada durante las protestas de Gezi confiando en mantener la alcaldía de las principales ciudades.

12 de marzo.

(artículo publicado originalmente en catalán en La Directa, http://directa.cat/noticia/gezi-revifa-nou-turquia)  

Esta mañana en Okmeydani, marcha por el funeral de Berkin

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