lunes, 10 de junio de 2013

6.- Demostración de fuerza

 
Hoy domingo día 9 de junio ha sido un día muy intenso. El Primer Ministro ha realizado, con el permiso de las autoridades, una serie maratoniana de discursos en distintos puntos de la geografía turca: primero Adana de camino a Mersin, luego en Mersin y, a su regreso a la capital después de una ausencia de una semana, en el aeropuerto de Esenboğa así como en varios puntos de la capital turca, entre ellos Altınpark y Akköprü. El trayecto del aeropuerto a la ciudad, que puede durar si no hay tráfico unos 35 minutos, ha durado casi 4 horas. Había gente con banderas para recibirlo, policías controlando el paso, miles de coches que se han quedado atrapados en la cuneta esperando a que pasara el autobús del Primer Ministro y francotiradores en las azoteas. Las críticas a las supuesta politización por parte de la oposición de las protestas del Parque Gezi chocan con la parafernalia desplegada imbuida de triunfalismo y de populismo que hemos presenciado hoy.

Los discursos han sido agresivos y dejan entrever que no se cederá en nada ante la gente – a excepción, quizás, de la construcción del centro comercial que aún no se sabe qué será pues el alcalde de Estambul, Kadir Topbaş, aparece cada día con algo nuevo. Erdoğan ha vuelto a descalificar, incluso difamar, a los manifestantes y también los ha amenazado (a ellos y a todos los grupos que los han apoyado o lo están haciendo). Da la sensación de que se procederá a una caza de brujas. Desde hace años nadie podía o no se atrevía a protestar. Ahora muchas personas lo han hecho y entre ellas muchos artistas. Erdoğan les ha avisado que pagarán caro su desprecio y su afrenta al pueblo turco. Ha recordado que solo el pueblo y Allah podrán quitarlo de su cargo y ha vuelto a usar el término ‘çapulcu’, ya de moda en todas partes, término peyorativo que aunque pueda ser traducido como merodeador o saqueador también se corresponde con gamberro.

Algunas de las frases de su discurso:

‘Se molestaron porque les llamé gamberros. Los que se hayan molestado que consulten un diccionario, así verán cuánto de cierto hay en lo que dije’.


‘Si continuáis con las protestas os vamos a responder con el idioma que entendéis’.



‘¿Habíais visto antes algo así? Lo único que hacen es dar golpes y romper. Destrozar y quemar edificios públicos. Quemar coches de ciudadanos, del pueblo. Y eso no fue suficiente. Agredieron a mis chicas con velo. Entraron en la mezquita de Dolmabahçe con cervezas y encima lo hicieron con zapatos’.

(*) Erdoğan usa aquí dos noticias que han aparecido estos días. Una de ellas fue sobre un grupo de mujeres con velo que protestaron en Taksim porque habían sido agredidas verbalmente en sus barrios tras el inicio de las protestas. La otra, lamentablemente, no es una noticia fiable. El segundo día de los disturbios en Estambul el almuecín de la mezquita dejó entrar a la gente para que se refugiara. La mezquita se convirtió en un hospital improvisado. El vídeo que tenéis aquí abajo muestra imágenes de esa noche. Al día siguiente empezó a circular la noticia de que se había bebido alcohol en la mezquita y aparecieron en internet varias fotografías en las que se podía ver la misma lata de cerveza (aplastada) en distintos lugares del recinto. La noticia ha sido desmentida por varios medios incluso por periódicos conservadores y próximos al gobierno como Yeni Şafak y el almuecín ha afirmado que nadie bebió cerveza. Erdoğan, sin embargo, ha usado dicha información en todos los discursos de hoy insistiendo no solo en el consumo de alcohol sino también en el hecho de que la gente entró con zapatos, sacando rédito así de la fuerza simbólica de dicha noticia-rumor.
 
 


‘Nosotros somos uno, estamos juntos, somos muchos y fuertes. Solo os voy a pedir algo. Ya solo quedan siete meses. Siete meses y luego habrá elecciones municipales. Démosles la primera lección democráticamente, quiero se la demos en las urnas. La mejor lección que les podemos dar a esos que calumnian con informaciones falsas será de nuevo en las urnas.



‘Nosotros estamos al lado de los oprimidos y en contra de los crueles. Esto es así tanto en Turquía como en el extranjero. Siempre ha sido así y así será’.



‘Nosotros en 10 años hemos plantado 2800 millones de árboles. Nosotros somos ecologistas. El medio ambiente no es solo verde. El medio ambiente es también cultura e historia. Eliminar la contaminación, traer agua. Yo he hecho todo esto en Estambul y aquí en Ankara Melih ha hecho lo mismo. Y ahora vienen y nos quieren dar lecciones. Vergonzoso’.

(*) Erdoğan hace referencia a su periodo en la alcaldía de Estambul de los años 90 y Melih Gökçek es el actual alcalde de Ankara. Como nota añado que hace unos cinco años se encontraron dosis altas de arsénico en el agua suministrada a la capital y el mismo alcalde afirmó que no era importante, que él cada día bebía esa agua. Además, el número de árboles plantados en 10 años ha sido, según el Ministerio de Bosques y Medio Ambiente (Çevre ve Orman Bakanlığı) de 2,8 millones y no de 2800. 

Erdoğan también ha atacado a los artistas y ha dejado claro su postura en lo que más que una declaración de guerra parece un certificado de defunción, una amenaza en toda regla:


'Y ahora me dirijo a vosotros, los artistas. Hasta ahora que es lo que no habéis obtenido de este gobierno. Ahora todo ha cambiado. Todo va a funcionar distinto. Aquellos que no respeten al gobierno de esta nación, van a pagarlo caro'.

El contraataque del Primer Ministro no ha finalizado aquí. Se han previsto dos mítines políticos para el fin de semana que viene que pretenden ser de espectaculares. Uno el sábado en Sincan, localidad cerca de Ankara donde el AKP acaparó prácticamente todos los votos las anteriores elecciones, y el otro el domingo en Estambul. Mientras Erdoğan terminaba su último discurso en Ankara ya casi a las 21 h de la noche, la policía ya estaba cargando contra los manifestantes en el centro de la ciudad.




Hoy ha sido un día muy movido, muy masivo (por ambos lados) y parece que vuelve a vislumbrarse la polarización que dividió a la población durante 2007 justo cuando finalizaba el primer mandato del AKP. Sin embargo, hay muchos aspectos que distinguen esa polarización de la actual. Entonces habías dos grupos en liza, el nuevo partido AKP que había obtenido un 34% de los votos en las elecciones de 2002 y que había logrado el apoyo de sectores liberales y conservadores con un discurso democrático que ponía énfasis en el diálogo entre todos los distintos grupos y minorías (fueran religiosas y étnicas) y los restos de unas elites kemalistas en declive pero que aún tenían en su poder parte de los medios de comunicación, que respetaban el estatus quo, y cuerpos del Estado como el de los jueces, rectores y amplios sectores del ejército. Los intentos de los sectores kemalistas de perjudicar (intentos democráticos algunos y no tan democráticos otros) al gobierno de cara a las elecciones no tuvieron éxito pues el régimen ya no era capaz de cohesionar a toda la sociedad ante un partido que había conseguido reanimar la economía tras severas crisis a finales de los noventa y que había ido ganando credibilidad a lo largo del primer mandato. Ahora, en 2013, existe un gobierno que ha conseguido mediante vías democráticas (y no tan democráticas) hacer desaparecer todos los focos de oposición y una gran masa de gente al otro lado, sin más apoyo que el de algunos artistas, que el único aspecto en el que coinciden son en sus críticas al gobierno y a la autoritaria forma de gobernar del Primer Ministro.

Eso complica enormemente las posibilidades de que el movimiento tenga éxito a no ser que se abandonen las protestas y empiece algún tipo de auto-organización más allá de los lugares de protesta. No hay un apoyo masivo por parte de ningún grupo político grande. No existe tampoco una ideología común que pueda unificar a todos los asistentes y la gran mayoría de ellos son personas sin ninguna vinculación a partido político alguno. Pero entre esa multitud también podemos identificar, a pesar de que sus dirigentes se hayan desmarcado de los actos y hayan pedido que no se acudiera a ellos con emblemas políticos, a simpatizantes de los principales partidos políticos. Así, hay miembros del MHP (partido ultranacionalista que  rechaza cualquier concesión a los kurdos), del BDP (el partido de los kurdos), también del AKP (disgustados con la actuación del gobierno tras las protestas) y, sobretodo, del CHP (que añoran el kemalismo y siguen teniendo a Atatürk como único héroe de la República). El uso de algunos lemas como “Somos los soldados de Atatürk” ha incomodado a muchos de los manifestantes que han respondido con pancartas con lemas como “No somos los soldados de nadie”. En los discursos de Erdoğan hemos oído estos dos días la réplica: “Somos los soldados de Tayyip”. Hoy, en Kuğulu Park, se ha cantado el himno nacional como si el futuro de la nación estuviera en peligro (lo está para muchos turcos, pero el motivo original de las protestas no era ese). El uso de banderas turcas en las marchas por las distintas ciudades es el mismo que hemos podido observar en los mítines realizados por el Primer Ministro desde su llegada a Estambul el jueves por la noche.

No estamos ante un posible cambio de régimen, no presenciaremos una dimisión así como tampoco creo que se adelanten las elecciones. El gobierno del AKP ha ganado todas las elecciones democráticamente y mientras tenga un apoyo popular no hay presión exterior o interior que pueda realmente modificar nada. El conflicto se ha politizado y el Primer Ministro ha manifestado su resolución de terminar con el problema mediante actos políticos hasta que no les quede fuerza a los protestantes. Teniendo en cuenta que Turquía ha crecido económicamente con el AKP a través de políticas neo-liberales muy agresivas en las que se han privatizado muchas empresas estatales y que han surgido durante estos 10 años corporativas muy fuertes (sean con capital extranjero o sin él), es factible pensar que atacar al mismo sistema neo-liberal que ha hecho fuerte a este partido sería una de las pocas opciones que existiría para conseguir que el gobierno diera un paso atrás o cediera en su empeño de eliminar todo tipo de oposición (política, cultural, social). A pequeña escala esto ya ha ocurrido. En Ankara, tras el cierre de las puertas a protestantes que huían de la policía en varios locales de la ciudad, se pidió el boicot a esos locales. Entre ellos, el Leman Kültür, un local que siempre está lleno, y la heladería Mado, también con mucha clientela. Sorprende ver ahora a estos locales con solo 2 o 3 mesas ocupadas. La situación ha llegado a tal punto que en Mado se han colgado banderas turcas. Los ataques a los serviles medios de comunicación también han sido, de momento, efectivos. La mayoría de empresas del sector de la comunicación en Turquía forman parte de grandes corporativas con empresas en sectores muy variados entre los cuales destaca el sector bancario. La retirada de efectivo de cuentas bancarias y la cancelación de tarjetas de crédito en el Banco Garanti en protesta a la cobertura ofrecida por NTV (del mismo grupo) ha obtenido resultados rápidos ya que desde el lunes de la semana pasada algunos informativos empezaron a ser relativamente críticos con el gobierno y con la actuación policial y ofrecieron imágenes de cargas contra los jóvenes.

Pero para eso es necesario una toma de conciencia, mostrar una postura uniforme en algunos aspectos y pasar a otro tipo de protesta distinta a la lucha callejera. También se debería abandonar la diversión y la fiesta que se vive durante las horas del día en muchas ciudades y casi a todas horas en Gezi. Las redes sociales deberían seguir cumpliendo la función que han llevado a cabo de informar y promover actos de protesta pasiva y pacífica.

De hecho muchos de los que apoyan a las protestas (sea presencialmente o a través de las redes) insisten en que se debe seguir resistiendo. ¿Pero cómo? ¿Contra qué? El gobierno cuenta con un suficiente apoyo electoral para volver a ganar las elecciones y las luchas callejeras tampoco están dando sus frutos pues cada día se repite la misma situación y el agotamiento empieza a hacer mella. Continuar solo causaría daños humanos y no resolvería nada.

Para rebajar un poco la tensión os dejo con un video del grupo Kardeş Türküler en apoyo a las protestas (con subtítulos en inglés):


9-10 de junio



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