martes, 18 de junio de 2013

10.- Protesta en silencio ...


El lunes por la tarde otro tipo de protesta igualmente o más incómoda para las autoridades empezó a tomar forma: quedarse detenido, sin movimiento, en la Plaza de Taksim. El artista Erdem Gündüz se detuvo frente al Centro Cultural Atatürk alrededor de las 18 h en señal de protesta. La policía civil lo registró pero solo llevaba un libro, una cartera, unas llaves y medicamentos. Así, sin movimiento, sin máscara de gas, sin eslóganes continuó con su acto, inmóvil ante la policía y la curiosidad de los transeúntes. 



Un nuevo fin de semana violento, intenso y preocupante ha terminado en Turquía dando paso a un lunes tranquilo, con la Plaza Taksim y el Parque Gezi cerrado, ya ‘despejado’ y ocupado ahora mismo por la policía mientras una sensación de impotencia se impone entre muchas personas ante lo que podríamos denominar el infalible aparato estatal. El pistoletazo de inicio de todo lo ocurrido a lo largo del fin de semana lo dio el Primer Ministro en su mitin de Sincan, Ankara, y lo terminó él mismo en el mitin de Kazlıçeşme, Estambul, ante unas 300000 personas. Como intermedio tenemos 24 horas ininterrumpidas de cargas policiales, detenciones, heridos y disturbios en muchas zonas cercanas a Taksim y también en otras ciudades del país. Mientras Erdoğan se dirigía a los asistentes del mitin del domingo, la policía cargaba contra los manifestantes en zonas como Harbiye o la calle Sıraselviler. 



El lunes por la tarde, sin embargo, otro tipo de protesta igualmente o más incómoda para las autoridades empezó a tomar forma: quedarse detenido, sin movimiento, en la Plaza de Taksim. El artista Erdem Gündüz se detuvo frente al Centro Cultural Atatürk alrededor de las 18 h en señal de protesta. La policía civil lo registró pero solo llevaba un libro, una cartera, unas llaves, medicamentos, etc. Así, sin movimiento, sin máscara de gas, sin eslóganes continuó con su acto, inmóvil ante la policía y la curiosidad de los transeúntes. Pronto un grupo de gente empezó a acompañarlo. En unas horas, “El hombre parado” (Duran Adam) ya se había convertido en un fenómeno en las redes sociales y en otros puntos del país se reprodujeron actos similares: en Beşiktaş un miembro del grupo Çarşı también se detuvo en el centro de su barrio en protesta por los 11 hombres detenidos de su grupo, en Ankara otra persona hizo lo mismo justo donde Ethem Sarısülük fue disparado en la cabeza por la policía. En Taksim 10 personas fueron detenidas, entre ellas Erdem, pero por la noche 3 mujeres aparecieron y continuaron, una de ellas hasta el desmayo, con la protesta silenciosa. No sé hasta qué punto este tipo de protesta tendrá continuidad pero lo cierto es que está incomodando al gobierno ya que indirectamente hace referencia al lema usado por el partido desde las segundas elecciones que ganó en 2007, “Sin pararse, a continuar el camino” (Durmak Yok, Yola Devam).




En el discurso de Ankara, Erdoğan advirtió de que el Parque Gezi se tenía que desalojar en las siguientes 24 horas. Apenas 2 horas después la policía llegó al parque, dio un aviso y acto seguido empezó la intervención policial. No hay imágenes claras de esos momentos pues no se permitió la entrada a periodistas. La enorme cantidad de gas que inundó el parque obligó a la gente a huir despavorida. El asalto había empezado a las 8 de la tarde, una hora en la que nadie se esperaba un desalojo y en la que había mucha gente de paso por el parque. Además, el domingo era el Día del Padre en Turquía y muchos jóvenes tenían examen de selectividad. Tras el asalto al parque, muchas personas se refugiaron en el Hotel Divan. La policía acorraló la entrada e hizo varios intentos de entrar pero los manifestantes lo impidieron. Había heridos dentro, también niños, y no se dejó entrar a ningún doctor. Las críticas más duras aparecidas ayer en algunos periódicos se centraron en lo ocurrido en el Hotel Divan. Mientras, en zonas como Harbiye (desde Taksim en dirección a Şişli, por detrás del parque), Sıraselviler (la avenida que baja al barrio de Cihangir desde Taksim) y la misma avenida Istiklal la gente se había refugiado y empezaba a llegar gente a protestar.
Este video de Fatih Pınar es un buen resumen de lo ocurrido el sábado por la noche:



No voy a detenerme en los detalles pues ya fui informando en la anterior entrada de este blog pero es importante notar que a pesar de las dificultades (transporte cerrado, uso continuado de gases, trabas a los periodistas y detenciones masivas) la policía no consiguió ‘pacificar’ Estambul hasta las 10 de la noche del día siguiente.

Los discursos de Erdoğan fueron bastante parecidos a los del fin de semana anterior: agresivos y amenazantes. Además, el último mitin realizado en Estambul dio también la sensación de estar más dirigido al exterior que a la misma sociedad turca. El Primer Ministro optó por un tono crítico hacia occidente, citando a cadenas como la BBC y la CNN y acusándolas de haber desinformado al mundo y de haber ofrecido una imagen errónea de Turquía (‘la Turquía que tenían que mostrar es la que está ahora en el mitin’). El discurso también pretendía ofrecer una imagen sólida del Primer Ministro como un líder musulmán. Erdoğan citó uno por uno todos los países musulmanes con los que Turquía mantiene lazos, se repartieron banderas de dichos países y había entre los asistentes gente de distintas nacionalidades.

Así, da la sensación de que la principal preocupación del gobierno es la imagen dada en el exterior y no el significado de las protestas así como tampoco los mismos protestantes. Controlar la rebelión les parece posible gracias a que existe un control mediático (aunque ya con algunos fallos y vías de escape), la policía cumple con las órdenes y el ejército se mantiene a la espera. Aún así, el tono crítico hacia occidente puede tener sus consecuencias. Turquía es un país que ha crecido económicamente, también durante estos últimos años de crisis global, gracias al aumento de las inversiones extranjeras (la mayoría de empresas europeas aunque también de los países del Golfo) y de las exportaciones. El balance comercial con muchos países musulmanes ya es positivo para Turquía; sin embargo el grueso de las exportaciones sigue siendo aún hacia Europa; por otro lado, la imagen del Primer Ministro y de Turquía ante los países musulmanes se había ido revalorizando enormemente a lo largo de la última década, pero estos dos últimos años, tras adoptar una postura indecisa hacia algunos países tras el inicio de la Primavera Árabe, como es el caso de Libia, y ante la política exterior llevada a cabo por el gobierno en el conflicto sirio, las críticas hacia Turquía han empezado a florecer y la fortaleza de Erdoğan como líder de todos los países musulmanes a decaer.

Entonces, la sensación de que el destino de la gente que se ha rebelado y protestado así como que el significado de sus peticiones no parecen importar en absoluto al gobierno cada vez pesa más. Mientras el Valí de Estambul prohibía, hasta que la situación de normalizase, cualquier tipo de concentración en Estambul, el gobierno organizaba un mitin multitudinario. Una profesora de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Ankara comentó hace dos días que para someter una protesta social de magnitud era necesario el control sobre tres grupos: los abogados, los periodistas y los médicos. La semana pasada se detuvieron abogados, este fin de semana periodistas y se ha prohibido a doctores tratar a los heridos fuera de los hospitales y se les obliga a identificar a cualquier herido que llegue a los hospitales.

Durante el discurso de Erdoğan en Kazlıçeşme el único canal que ofrecía, al mismo tiempo, imágenes de los disturbios que continuaban mientras Erdoğan hablaba fue +1.



En una de sus frases, Erdoğan incluso se atrevió a decir que antes de que él llegara al poder los periodistas tenían miedo y no podían publicar según qué cosas (esto es cierto, existía una especie de auto-censura cuando se trataba de criticar el estatus quo) y que gracias a él ahora ya podían informar libremente (esto es absolutamente falso, criticar al estatus quo anterior es posible pero no al de ahora). Repito, como ya he comentado con anterioridad, que Turquía es el país del mundo con más periodistas encarcelados.

Volviendo a las protestas, lo cierto es que el cansancio y la brutalidad policial empiezan a hacer mella. Es imposible concentrar a gente cuando directamente uno es gaseado. El domingo por la mañana la gente se dispuso a concentrarse en Kızılay para protestar por el desalojo de Gezi y justo cuando la gente empezaba a acercarse al centro fueron gaseados y dispersados. Hay mucha gente que saldría a la calle de nuevo pero tiene miedo. Se han disparado estos días 150000 cartuchos de gas. Hay más de 7800 heridos (según un comunicado de la Unión de Doctores de Turquía), algunos de ellos de gravedad, 500 detenidos solo del fin de semana, 4 muertos, 11 personas han perdido un ojo. Esto no es una guerra civil, como se presenta a veces en el exterior, ya que todo el mundo acude a su trabajo de día y todo funciona más o menos como siempre. Mucha gente, por ejemplo, no es consciente de lo que está ocurriendo o simplemente está informada a través de los canales con más audiencia que no se alejan de la versión oficial. Miedos a que sectores pro-gobierno salgan también a la calle está presente y el mismo domingo un grupo de gente con palos así lo hizo en el barrio Kasımpaşa en búsqueda de protestantes y acompañado de la policía. Pero no creo (y tampoco deseo) que eso se extienda a un conflicto entre grupos a una escala mayor. Hasta el momento solo hemos presenciado protestas masivas y pacíficas reprimidas por la policía. Pero hay una tensión evidente que se refleja cada día en las caras de la gente y se trata de un conflicto de una naturaleza 'nueva' que es el fiel reflejo de problemas mayores. Existía una especie de letargo del que la gente se ha despertado.

Es muy fácil concentrar a la gente en un sitio cuando la policía lo permite. En los medios pro-gobierno se habla de las protestas como si una repetición de los mítines que las elites seculares organizaron en 2007 para protestar contra la candidatura a la presidencia del AKP se tratase. Existe un abismo entre los mítines de 2007 y las protestas actuales que ya duran casi tres semanas. En 2007, la gente acudió libre y voluntariamente a los mítines pero existía una logística en los actos para promocionarlos y conseguir una mayor asistencia. En 2013 no podemos encontrar a ninguna organización detrás de los mítines, a pesar de las informaciones del gobierno sobre grupos ‘ilegales’ y ‘terroristas’. Y es muy importante entender e insistir en este carácter natural y espontáneo de las protestas. De hecho, si algo se le parece a los mítines por la República de 2007, son los propios mítines del gobierno con la diferencia de que ahora la mayoría de los medios, los servicios municipales y los cuerpos de seguridad están a su servicio.

Termino informando que #DuranAdam sigue siendo el primer hashtag en twitter (hasta que desaparezca misteriosamente) y os dejo tres videos, uno sobre DuranAdam justo cuando empezó su protesta ante la mirada perpleja y el registro de policías civiles. Otro más sobre la mezquita-enfermería del primer fin de semana a la cual se ha referido el Primer Ministro en cada uno de sus discursos para denunciar que se consumió alcohol y un vídeo que recogí el primer fin de semana en el que la gente que acudía al Parque Gezi nos cuenta el por qué. En este último he puesto subtítulos en español pero como no dispongo de ningún programa bueno para incrustarlos no se leen muy bien.





 




 Martes, 18 de junio.

1 comentario:

  1. Como ya decía en la entrada el hashtag de DuranAdam se mantendría en primera posición hasta que desapareciera misteriosamente. Así ha sido y las autoridades han intervenido el hashtag, http://www.radikal.com.tr/turkiye/duran_adama_destek_buyuyor-1138097.

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